Nueva ofrenda floral extremeñista y un acto de memoria distinto: la recuperación de Extremadura para los extremeños
Cuando el frío arrecia en los primeros días de diciembre, en los pétalos de unas flores se congelan gotas de rocío en el cementerio de Salorino. Son las lágrimas de una memoria colectiva que, como cada año, un grupo de mujeres y hombres de corazón verde, blanco y negro dejan en la tumba de Antonio Elviro Berdeguer. Pero ni ellas ni ellos lloran cuando entregan este ramo de invierno: al contrario, sonríen por el pasado que pervive y que, a su vez, impulsa las luchas del presente e inspira el futuro que vendrá.
Considerado uno de los padres del regionalismo extremeño, desde la creación de Extremeñería la figura de Antonio Norberto Elviro Berdeguer es una pieza clave en torno al que gira nuestro pensamiento, objetivos e ideales extremeñistas. Por ello, en torno a la fecha del aniversario de su fusilamiento en Cáceres, el 7 de diciembre de 1936, Extremeñería organiza un homenaje en el cementerio de su localidad natal, Salorino, donde descansan sus restos mortales.
En esta ocasión, han asistido no sólo representantes de Extremeñería, sino también ciudadanos y ciudadanas, el alcalde de Salorino y regidores del consistorio local, representantes de la Diputación de Cáceres, miembros de diversas plataformas de recuperación de la Memorio Histórica y algunos militantes de partidos políticos regionalistas y regionales tales como Nuevo Extremeñismo y PSOE. Agradecemos, además, tanto al consistorio local de Salorino como a los familiares y descendientes de Antonio Elviro Berdeguer todas las facilidades que nos han aportado siempre para la realización de este acto.
Antonio Elviro Berdeguer
A pesar de su papel en la reivindicación de la autoestima popular de Extremadura, Elviro Berdeguer resulta ser un gran desconocido para la mayoría de los extremeños y extremeñas (no quedando más remedio en varias ocasiones que decir que fue para Extremadura lo que Blas Infante para Andalucía).
Antonio Elviro Berdeguer fue un destacado médico rural, activista y pensador regionalista y posteriormente, socialista, que dedicó toda su vida a la defensa del campesinado extremeño. Fue fusilado por el bando golpista el 7 de diciembre de 1936, en el contexto de la Guerra Civil, juzgado y condenado en un Consejo de Guerra del ejército sublevado. Fue así asesinado uno de los grandes pensadores extremeños de la época, destacado por ser una figura clave en el primer regionalismo extremeño y su compromiso con los avances sociales de la época. Su preocupación se centró en el campesinado, como elemento productivo de la sociedad rural. En su manifiesto Extremadura para los extremeños (1920) sintetiza toda su tesis regionalista extremeña, enfrentándose a la oligarquía y reivindicando la reforma agraria como uno de los ejes fundamentales del cambio social y económico.
El manifiesto
En el último homenaje, además de la ofrenda floral tuvo lugar la presentación del manifiesto Extremadura para los extremeños en la Biblioteca Municipal que Extremeñería ha recuperado con la ayuda del profesor Fernando Sánchez Marroyo, uno de los máximo conocedores y divulgadores de la biografía de Elviro Berdeguer hasta la fecha. En este acto de memoria, se expuso por primera vez este valioso documento histórico ante cerca de 50 personas. El Manifiesto, que como tantos escritos del pasado, podría estar vigente hoy en día, refleja las inquietudes sociales, económicas y culturales de la Extremadura de su tiempo, así como la visión de un futuro digno para la región. En este texto de 1920, Antonio Elviro Berdeguer lanzó una reivindicación “del progreso, de la paz y del luminoso porvenir de Extremadura”.
Hoy, gracias al trabajo del comité de Extremeñismo y Memoria Histórica de Extremeñería, la Asociación pone a disposición gratuitamente dicho Manifiesto para que inspire a nuestras generaciones presentes y futuras en la búsqueda de una Extremadura más libre, más soberana y más justa.
