Artículos de opinión

En Extremadura los casos de denuncias por violencias machistas en el 2022 que se han interpuesto son 2.410 según los datos recogidos en https://www.epdata.es/. Además, tenemos un gran conocimiento que no todos los casos de violencia de género son denunciados a las autoridades, sino que los agresores quedan impunes, garantizando así la desprotección total de mujeres, así como sus hijas e hijos.

Por otro lado, no tenemos conocimientos de las mujeres que se quedan sin protección cuando sufren violencias por parte de parejas del mismo género, así como de los hombres, potenciando la invisibilidad de ese tipo de violencias donde no hay protocolos claros para la protección de quienes la sufren.

De esta forma, a nivel institucional encontramos una multitud de servicios que acompañan a las mujeres que han sufrido algún tipo de violencia de género. Sin embargo, no cubren las necesidades de las mujeres rurales, y ni siquiera de las mujeres que sufren violencias de otra índole. Ya que el sistema patriarcal fomenta violencias estructurales donde las mujeres, mirando la diversidad entre todas nosotras, no encontramos en muchas situaciones, el apoyo o acompañamiento que se necesita.

Las formas de ser, hacer y sentir en un sistema que naturaliza el sufrimiento de las mujeres como rasgo necesario para ser “buena mujer” homogeneizándonos a todas, también se transfieren a que no se fomente la colectividad, especialmente en zonas rurales. A pesar, de que las mujeres de forma histórica han construido formas ocupacionales comunitarias. Sin embargo, el capitalismo nos ha forzado a formas de hacer individuales donde reforzamos la diversidad como un signo mas de desunión, en vez de mirar qué nos une.

¿En qué momento olvidamos cómo apoyarnos entre personas a las cuales el sistema patriarcal-capitalista-colonialista nos invisibiliza? Sí, las mujeres, las migradas, las personas con diversidad funcional, personas LGTBIQA+ que formamos parte desde el Norte de Cáceres hasta el sur de Extremadura.

¿No sería mas interesante fomentar casas de acogida autogestionadas desde la ruralidad? Lugares seguros, gestionados por nosotras/es mismes donde pudiéramos cubrir las necesidades y emergencias sin tener que desligarnos de nuestra red de apoyo. Donde el sistema institucional nos obliga a alejarnos de nuestro núcleo mas cercano. No podemos olvidar que muchas personas que buscan apoyo y acompañamiento siguen siendo cuidadoras y que, incluso teniendo recursos para sus hijas e hijos, siguen cuidando de su entorno, como sus padres, madres, personas con diversidad funcional, etc.

Por ello, se propone, que, en cada municipio, entre nosotras/es seamos quienes hagamos sentir ese arraigo a las personas que, en momentos de su vida, necesiten ese apoyo. Somos nosotras quienes conocemos a nuestras vecinas y vecinos, quienes conocemos en muchas ocasiones sus historias de vida, y que no podemos soportar que se comentan mas injusticias sobre sus vidas. Y que conocemos cómo podernos cuidar sin forzar el desarraigo ni la soledad de quien tiene que migrar por las diferentes desigualdades y discriminaciones.

En conclusión, sin menospreciar todos los avances conseguidos por la ciudadanía a nivel institucional, tenemos el pueblo extremeño la capacidad de formar redes colectivas que cubran realmente las necesidades de cada una de nosotras, sin tener que excluirnos de nuestro entorno, conociendo cuáles son los recursos que nos podemos ofrecer en nuestro propio pueblo. Construir nuestro propio hogar, donde todas podamos aportar nuestros saberes, fomentando una colectividad fuera del androcentrismo y basada en el bienestar y cuidado de las otras/es/os. Un espacio libre de violencias donde comenzar nuestros propios procesos de sanación. Y aún más importante, encontrar un hogar donde acudir sin tener que denunciar a las autoridades, sino un lugar para fomentar nuestras capacidades y ofrecer aún cuando pensemos que solo a nosotras nos pueden dar. Desde Pedroso de Acim hasta Carrascalejo, nos merecemos construir nuestros propios espacios con identidad propia.

De esta forma, agradecemos los esfuerzos de todas las organizaciones, que, de forma voluntaria, ofrecen este tipo de espacios.

Para conocer datos sobre recursos que ofrece nuestra comunidad a mujeres que sufren violencia de género se puede consultar el siguiente enlace:  

https://www.asociacion-alma.es/red-de-recursos

Número para atender llamadas debidas a delitos de odio contra el colectivo LGTBIQA+: 028

Número para atender llamadas debidas a delitos de odio de índole racista: 021

Gemma Gañán.