Extremeñería pide reconocer a Elviro Berdeguer con un busto en la Asamblea coincidiendo con el 85º aniversario de su muerte.
- Esta plataforma revindica la recuperación de la memoria de este médico rural como “padre del extremeñismo”.
- Extremeñería ha solicitado por carta a distintas instituciones públicas de ámbito autonómico, provincial y municipal que impulsen iniciativas para reconocer su figura y recuperar su memoria para las nuevas generaciones.
CÁCERES. 9/12/2021
A las 7:00 horas del día 7 de diciembre de 1936 fue fusilado en Cáceres el médico, político y pensador extremeño Antonio Elviro Berdeguer. 85 años después, la figura del que es considerado como uno de los “padres del extremeñismo” sigue esperando reconocimiento por parte de la sociedad extremeña. Coincidiendo con este aniversario, la plataforma Extremeñería ha pedido a las instituciones colocar un busto de Elviro Berdeguer en la Asamblea de Extremadura, incluir su nombre en el callejero de las principales ciudades extremeñas y fomentar la investigación y la difusión de su vida y de su obra. Puede consultarse la carta íntegra aquí: Carta a las Instituciones.
Nacido en Salorino el 13 de junio de 1892 en el seno de una familia de clase media rural, Antonio tuvo la oportunidad de estudiar primero en Madrid y luego en Salamanca, donde se licenció en Medicina. A su vuelta a Extremadura, en 1917, se instaló en su pueblo para ejercer como médico y comenzó entonces su activismo político y reflexión sobre la situación de penuria campesina y caciquismo en que se hallaba la región. Se presentó a las elecciones de 1918 por el Distrito de Alcántara con una candidatura regionalista, aunque no pudo vencer a la representada por los terratenientes. Elviro Berdeguer no desfalleció y continuó difundiendo su ideario en la prensa regional y en su manifiesto Extremadura para los extremeños (1920), toda una declaración de intenciones.
Después vinieron unos años de menor protagonismo público coincidiendo con la Dictadura de Primo de Rivera. En 1928 marchó a Madrid y entabló relaciones con personalidades del Partido Socialista, apostando a partir de entonces por la causa del socialismo “más que por convención por humanidad”, según sus palabras. De nuevo en su tierra, vivió con intensidad la llegada de la II República, participando en diversos actos de las clases trabajadoras y difundiendo su idea de reforma agraria. Tras el estallido de la guerra, Elviro no huyó y fue detenido el 5 de agosto de 1936, trasladado a la prisión provincial de Cáceres y condenado a pena de muerte por Consejo de Guerra celebrado el 22 de octubre. Fue ejecutado mes y medio después.
Relegado al olvido durante décadas, solo algunos estudiosos e historiadores –destacando el profesor Sánchez Marroyo– han sacado a la luz la vida y el pensamiento de Berdeguer. El salorino representó un regionalismo de corte social y reivindicativo que se distanciaba del regionalismo intelectual y cultural proveniente del siglo XIX. Su legado es reivindicado hoy por asociaciones como Extremeñería, que con motivo de esta conmemoración ha realizado una campaña a través de las redes sociales (#MemoriaExtremeñista) para difundir su obra en la creencia de que la sociedad extremeña necesita conocer a quienes cultivaron el extremeñismo.
Las arengas de Antonio Elviro Berdeguer siguen vigentes un siglo después: “A aquellos hombres hastiados de las riñas entre los partidos sin finalidad para nuestra tierra, a todos los extremeños que sientan el dolor de la orfandad y las consecuencias del olvido, aquellos que sufren y esperan, a los románticos soñadores que tienen destrozadas sus almas por las sangrientas garras del cacique, aquellos que amen esta tierra con una fe ciega en sus destinos, a todos ardientemente que dejen estas luchas estériles por los rígidos personales y políticos y que eleven el pensamiento por el ideal de progreso, de la paz y del porvenir de Extremadura”.