Divulgación Social y Cultural

Un año más llega uno de los días de Extremadura, para celebrarlo con la sociedad civil extremeña hemos organizado la campaña “Extremadura, Créetelo”, #ExtremaduraCreetelo con el objetivo de que nuestra tierra y su gente recupere la autoestima, el orgullo por nuestra cultura y el amor hacia todas las cosas positivas y hermosas que tiene Extremadura, mensaje que lanzamos tambien en el resto de hablas de nuestra tierrina: #Estremaúracreitilu #Estremaúracrêlo #Estremaúracrellu.

Con ocasión de esta fecha volvemos a otorgar las “medallas extremeñeras”, un reconocimiento simbólico al esfuerzo de personas y asociaciones que hacen una gran labor por nuestra tierra en diferenes ámbitos de la socidad (deporte, cultura, promoción de nuestras lenguas y nuestra diversidad, impulso del iberismo, la protección de nuestra naturaleza o la lucha de los derechos de los ciudadanos). Estos son los galardonados de este año:

Dado que entendemos el 8S como una fecha para la reivindicación de justicia para nuestra tierra, este año nuestra actividad principal nos ha llevado a uniros a la “Plataforma por un Tren que Conecte el Territorio y Enfríe el Planeta”, junto a otras 24 organizaciones y colectivos de la sociedad civil, el ámbito sindical y político extremeño y marchar con ellas en la manifestación de Madrid frente al Congreso de los Diputados exigiendo un tren digno para el pueblo extremeño.

Tampoco queremos dejar pasar la oportunidad de este día para pedir la adhesión de la sociedad civil extremeña a nuestro manifiesto por una Extremadura mejor

También, en el seno de estos días, hemos organizado una reunión telemática con el fin de escuchar a las personas que viven en Extremadura o decidieron (o fueron obligadas a) marcharse de la región. La mejor definición de Extremadura será aquella que incluya todas y cada una de las sensibilidades que conforman nuestro paisaje humano.

Bajo el mensaje «Extremadura es …» hemos propuesto la definición de nuestra tierra, con gente de dentro y fuera de nuestra asociación y que hemos lanzado en redes sociales para que todos y todas las extremeñas que han querido unirse completen esta defición de nuestra tierra.

Decimos jacha, jigo y jiguera. Y lo decimos en las cuatro lenguas que conforman nuestro panorama lingüístico: castellano, extremeñu, portugués raiano y las lenguas del Val de Xálima.
Nada nos gusta más que hablar. Lo hacemos en las puertas de nuestras casas durante las noches de verano y, desde el 21 de Mayo de 1983, en nuestro Parlamento Autonómico.
Pusimos nuestro sol, nuestra agua y nuestros vientos al servicio de la agricultura. Con esas mismas herramientas, produciremos cinco veces más energía de la que consumimos.
Porque una casa con pozo aquí siempre ha sido una casa sin puertas. De nuestro vecino Séneca aprendimos que la felicidad no mira dónde nace, si no a dónde puede llegar.
Y es que no nos ha quedado otra. Nos mostramos valientes buscando el pan en Las Hurdes en 1933. Ocupando la tierra en 1936. Añorando Extremadura desde Buenos Aires, Madrid, Barcelona o Stuttgart. Apagando nuestra tierra cada verano.
La encontramos en nuestros amaneceres por las Villuercas. En nuestros atardeceres de Gata. En nuestras noches estrelladas sobre el embalse de Alqueva.
Cuando no tuvimos tierra, ocupamos sus latifundios. Cuando no tuvimos agua, inventamos nuestros regadíos. Cuando no tuvimos libertad, los construimos. Y marcharemos a Madrid hasta tener un tren digno.
Porque hay algo que nos gusta de emigrar, y es volver a nuestra tierra. Porque las perrunillas saben mejor hablando del precio de la aceituna, de lo cargados que vienen los cerezos…o de que Bartó viene en un Alvia con retraso.
Decía Larra que no hay piedra en Mérida que no haya formado parte de una habitación romana. Fuimos romanos, vetones, lusitanos, celtas y taifas. Somos mezcla. La pureza la conservamos, pero en las aguas de las cascadas del Jerte.
Nuestra herencia árabe y judía nos trajeron la técula mécula de Olivenza y los bollos turcos de Jerez de los Caballeros. Para calmar el calor de las tenaces jornaleras extremeñas, inventamos el gazpacho y, contra el frío de los pastores, creamos las migas.
Contamos con 4 espacios naturales protegidos por la UNESCO. El 65 % de nuestro territorio es forestal. En el 35% restante vivimos extremeñas y extremeños, también con mucha naturalidad. Disfrutar de lo sencillo es lo nuestro.
Vivimos cerca de bosques y dehesas, dentro de casas de pizarra o blancas. Quien no tiene nieve la inventa: nunca vi un blanco más intenso que el de las casas de Zafra o Llerena, contaba Nooteboom en “El desvío a Santiago”.
Más de 500.000 extremeñas y extremeños viven fuera de la región. Extremadura es ese espacio entre la dehesa y el vuelo de las cigüeñas, pero no tiene muros. De nuestra tierra son las que se quedan, los que se fueron y los que aún están por llegar.
Somos descendientes de judíos, católicos y musulmanes. Somos gitanas y payas. Somos cualquiera que piense en Extremadura, desde Castuera o desde el lado más amargo de las fronteras con Marruecos.

Puedes consultar la nota de prensa con motivo del 8 de septiembre de 2022, Día de Extremadura, aquí: